La artrosis es una enfermedad osteomuscular en la que se ven afectadas una o varias articulaciones del cuerpo (hombro, columna cervical o lumbar, cadera, rodilla, manos, o el tobillo), como consecuencia de una lesión del cartílago articular. Generalmente, para el diagnóstico de la artrosis se tienen en cuenta los síntomas que el paciente explica (rigidez, dolor, pérdida de la funcionalidad, deformidad en la articulación)
El ejercicio físico es la base del tratamiento no farmacológico de la artrosis. Se recomienda realizarlo durante 30 minutos, 5 veces por semana. Los ejercicios de fortalecimiento de músculos protegen las articulaciones, por ejemplo, fortalecer los cuádriceps y la musculatura isquiotibial protege las rodillas. También forma parte del tratamiento seguir las pautas de ejercicios dirigidos por el fisioterapeuta, realizar ejercicios específicos para cada articulación afectada y aplicar frío o calor en la zona del dolor.
El ejercicio físico puede ayudarte a:
- .Fortalecer tu articulación, especialmente en la artrosis de rodilla y cadera. Pregunta a tus profesionales sanitarios qué tipo de ejercicio es más adecuado según tu caso particular.
- Controlar tu peso y reducir así la sobrecarga y el impacto del peso de la articulación.
- Disminuir y mejorar significativamente el dolor de tu articulación.
- Reducir el consumo de fármacos y los efectos secundarios asociados a éstos.
- Aumentar tu calidad de vida o tu capacidad funcional para realizar las actividades de la vida diaria.
Para finalizar, tenemos que enfatizar que aquellas personas afectas de esta patología que inician un programa de actividad física de forma regular, mejoran de forma notable su estado funcional, su capacidad para llevar a cabo sus actividades cotidianas y diversos aspectos subjetivos que repercuten de forma muy positiva sobre su calidad de vida.