Las personas jóvenes tienen unos discos sanos entre las vértebras que funcionan como amortiguadores y absorben el impacto entre los huesos, permitiendo el movimiento. Sin embargo, como parte del envejecimiento natural del organismo van perdiendo elasticidad, y es entonces cuando se produce la Discopatía.Estas hernias pueden producirse durante las actividades diarias como ocurre al cargar o mover objetos pesados o bien, si se presenta alguna enfermedad degenerativa de la columna vertebral.
El proceso de envejecimiento no es la única causa de la degeneración de los discos intervertebrales. Hay diversos factores que pueden producir esta dolencia por discopatía de espalda como:
- La sequedad del disco intervertebral: con los años, los discos también se resecan y, en consecuencia, no amortiguan de la forma que deberían.
- Lesiones: una lesión también puede provocar este trastorno, sobre todo las lesiones que provocan hinchazón e inestabilidad en el disco.
- Actividades cotidianas: cualquier persona que realice algún deporte o actividad laboral con un alto grado de impacto en la columna vertebral puede sufrir discopatía de espalda. Suele ser más frecuente en la zona lumbar y en estos casos, se suele rasgar el exterior del disco.
- Flujo sanguíneo:en esta zona, y a diferencia de otras del cuerpo, el flujo sanguíneo es muy limitado y esto provoca que una vez dañado, no se regenere correctamente y acabe con el deterioro de los discos.
La sintomatología de esta dolencia es muy amplia, pues dependerá del disco afectado, que puede ir desde el cuello hasta la parte baja de la espalda. Los principales síntomas para saber si es una discopatía de espalda la responsable del dolor que sentimos incluyen: dolor, irradiación, hormigueo o entumecimiento y, a veces, incluso debilitamiento de las extremidades que puede llegar a dificultar la destreza y precisión de las manos.